-“El mortero hecho con un pedazo del árbol que creció sobre Shiro se ha vuelto cenizas”. Dijo el abuelo honesto, decepcionado. El abuelo recogió las cenizas y las esparció sobre el árbol bajo el cual estaba la tumba de Shiro, entonces el árbol se llenó de flores por todas partes.
Luego el abuelo honesto se subió a otro árbol que estaba marchito y dijo “¡que salgan flores, que salgan flores. Árbol marchito, florece!”, al mismo tiempo esparció las cenizas y salieron muchas flores de Durazno y de Cerezo.
En ese momento, pasaba por allí un Señor rico e ilustre que exclamó “Pero qué maravilloso espectáculo”, entonces le dió una recompensa al abuelo honesto.